La quiropodología o podología asistencial, es la parte de la podología que trata de combatir y eliminar alteraciones benignas que pueden aparecer en la capa superficial de la piel de los pies. Algunas de ellas son los helomas, la hiperqueratosis o las alteraciones en las uñas como los hongos o hematomas en uñas.

En definitiva, la quiropodología es el tratamiento que se lleva a cabo para tratar los problemas más habituales de los pies. Para el paciente, estas alteraciones pueden convertirse en un auténtico tormento que causa molestos dolores y que incluso pueden impedir realizar las actividades del día a día con normalidad.

En Pie Vital destacamos en los siguientes tratamientos:

 

– Uñas incarnadas: La onicocriptosis es la uña clavada, que suele sufrirse en el dedo gordo. Se produce por un traumatismo en el pie, calzado apretado o un mal corte de la uña. El tratamiento consiste en eliminar el arpón y dirigir la uña a una posición correcta.

– Onicomicosis, u hongos en las uñas: Estas infecciones de las uñas por hongos provocan engrosamiento de la uña, desprendimiento y cambio en la coloración. El tratamiento para los hongos de las uñas se basa en su limpieza y tratamientos personalizados que combinan laca de uñas y frecuentemente tratamiento por vía oral.

– Hiperqueratosis, durezas plantares o piel de los pies muy seca: La hiperqueratosis provoca que capa externa de la piel se engruese, formando durezas y callos. Para eliminarlos suele recurrirse al deslaminado.

– Problemas de sudoración y mal olor en los pies: Un problema de hiperhidrosis o bromohidrosis puede provocar afecciones en el pie como roces, pies fríos, problemas con el calzado, pie de atleta (proliferación de hongos a una temperatura y humedad altas), infección por hongos en las uñas o mal olor por la proliferación de bacterias.

– Grietas en los talones

– Papilomas: Esta infección puede manifestarse en la piel del pie como un callo o verruga. Esta infección se reproduce y aumenta con la humedad y el calor. Al ser contagioso, es muy importante tratarlo y tener un tratamiento precoz.

– Hematoma ungueal: Los hematomas en las uñas aparecen cuando después de un golpe se acumula sangre entre la uña y el lecho ungueal causando presión y dolor. Se debe extraer la sangre o reducir el grosor de la uña.

– Infecciones por Hongos: Son causadas por diferentes tipos de hongos, incluyendo a los dermatofitos y las levaduras. Estos organismos invaden y se desarrollan en la queratina muerta, siendo esta proteína parte de la piel, cabello y las uñas. Existen varios tipos de infecciones fúngicas, que se dividen en diferentes grupos dependiendo de qué tipo de hongo está involucrado.

– El pie de atleta (tinea pedis) : El pie de atleta es una de las infecciones fúngicas de la piel más frecuentes. Es causada por un hongo que crece en áreas cálidas y húmedas, por ejemplo, entre los dedos y planta del pie. Entre los síntomas más comunes son las escamas, picor, enrojecimiento, así como grietas blancas entre los dedos. Una persona puede infectarse con el pie de atleta al caminar descalza sobre suelos húmedos y contaminados, tales como en duchas, piscinas o saunas.

– Durezas: Nos referimos a las durezas como hiperqueratosis, la cual es una lesión que consiste en el engrosamiento de la capa externa de la piel compuesta por queratina.La hiperqueratosis en forma de callosidad se desarrolla en la piel como método de defensa frente a una irritación, presión, fricción, inflamación, infección, condiciones externas no beneficiosas para la piel, etc.

– Helomas: Los helomas son lesiones hiperqueratósicas (engrosamiento de capa de queratina), en circunferencia que crecen hacia dentro y en forma de “clavo”. Aparecen cuando un área de piel recibe una presión excesiva por parte del hueso y del calzado. Los helomas se pueden producir por un calzado inadecuado, que no tenga la capacidad interna necesaria que el pie necesita. También existen otros desencadenantes como la alteración biomecánica del pie, que puede conducir a la aparición de zonas de hiperpresión. Los helomas pueden causar fuertes dolores y cojera, dependiendo de la profundidad de la lesión. Es importante la oportuna atención a los pacientes diabéticos ya que si no se tratan los helomas pueden producir incluso úlceras en el pie.

– Piel seca (Anhidrosis): La piel seca o anhidrosis es la disminución o ausencia de sudoración ante estímulos de esfuerzo, estrés o calor. Entre los factores más comunes son las enfermedades neurológicas, enfermedades de las glándulas sudoríparas, pie diabético, deshidratación, entre otros.

– Pie Geriátrico: Durante toda nuestra vida los pies están sometidos a constantes estímulos de presión por el peso del cuerpo, provocando alteraciones vasculares y articulares. Esto se traduce con el paso del tiempo en la aparición de callosidades y deformidades de los dedos. Así mismo los efectos de posibles enfermedades congénitas, el envejecimiento, y el estrés provocados por las ocupaciones a lo largo de la vida contribuyen a la aparición de alteraciones tanto dermatológicas como estructurales del pie.

– Pie Diabético: El pie diabético aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes que provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a medio-largo plazo. Dos de los riesgos de estos pacientes son la disminución de la sensibilidad (neuropatía diabética) y la mala circulación del pie, que pueden derivar en la formación de una úlcera, algunas veces graves, y que es la principal causa de una posible amputación.

– Verrugas Plantares: Las verrugas plantares son lesiones cutáneas frecuentes y benignas, relacionadas al virus del papiloma humano. Se caracterizan por la presencia de un anillo llamado queratósico. El diagnóstico basado en un examen simple y clínico permite distinguir la verruga plantar de otras afecciones cutáneas de aspecto similar como las callosidades. Es fácil contagiarse del virus en los lugares de concurrencia masiva, una manera común es caminar descalzo en las superficies húmedas de las piscinas o tomar duchas públicas o permanecer en playas y centros de actividades deportivas. La transmisión necesita una puerta de entrada, que es la mayoría de las veces una pequeña lesión en el pie (ampolla o corte).

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